Catar, mejor que Qatar

La última edición de la Ortografía de la lengua española propone, para referirse al país cuyo nombre se escribía tradicionalmente Qatar, la grafía Catar. Sin embargo, en los medios de comunicación suelen alternarse las dos grafías: «Todo listo en los últimos entrenamientos de pretemporada que tendrán lugar en Qatar», «La temporada de motociclismo empieza en Catar». Se recomienda emplear la grafía sugerida por las Academias y escribir Catar; su gentilicio es catarí (plural, cataríes).

Dejar claro / dejar en claro

El Diccionario fraseológico documentado del español actual, de Andrés, Seco y Ramos, recoge la construcción en claro con el sentido de ‘de manera clara, precisa o que no deja lugar a dudas’ y señala que se usa generalmente con verbos como sacar, poner, dejar o quedar. Por tanto, ambas formas son válidas, si bien la preferencia por una u otra puede depender del país.

Pujar

Hay que diferenciar entre «pujar» —relacionado con palabras como «pujanza» ‘fuerza grande o robustez para impulsar o ejecutar una acción’ o «pujante» ‘que tiene pujanza’—y «pujar» ‘aumentar el precio puesto a algo que se subasta’.

Trabalenguas

La RAE define trabalenguas como la palabra o locución difícil de pronunciar, en especial cuando sirve de juego para hacer que alguien se equivoque. Tomemos como ejemplo este  trabalenguas que aparece en «Tres tristes tigres» (otro trabalenguas) de G. Cabrera Infante: «En Cacarajícara hay una jícara que el que la desencacarajicare buen desencacarajicador de jícaras en Cacarajícara será».

Hipocorísticos (1)

La RAE define «hipocorísticos» como «dicho de un nombre que en forma diminutiva, abreviada o infantil, se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística. En castellano hay muchos hipocorísticos que pueden ser muy llamativos, por ejemplo, Pepe para José; Paco para Francisco; Lola para Dolores; Nacho para Ignacio…

Curiosidad

Los apellidos nacen de la necesidad de identificar a una persona no solo por su «nombre», sino por su «pertenencia», es decir, su vínculo a una familia y a un lugar. En España, ocho de los nueve apellidos más comunes acaban con el sufijo -ez, terminación que se aplica con un sentido originario de ‘hijo de’ y que proviene de siglo XIII : Fernández, Rodríguez, Sánchez, Pérez, Gómez, Álvarez, González, Martínez.